Estamos bastante conscientes de que la energía no debe desperdiciarse, no solo por temas medioambientales sino también porque nos significa derrochar dinero. Afortunadamente existen muchas maneras de ahorrar energía y recursos sin necesidad de ver alterados nuestras actividades diarias, veamos:
- Desenchufa aparatos electrónicos: Aunque no lo creas, los aparatos electrónicos continúan consumiendo energía una vez apagados (¿te has fijado en esa luz roja que tienen muchos de ellos?). Cuando termines de ocuparlos desconéctalos de la corriente, apaga zapatillas, desenchufa el cargador del celular, etc.. y verás cómo disminuye la cuenta de la electricidad.
- Prefiere dispositivos de alta eficiencia energética: Desde el refrigerador hasta las ampolletas, escoge productos que rindan más usando menos potencia y, por supuesto, de buena calidad para que duren más.
- Invierte en métodos aislantes: Antes de pensar en aire acondicionado en verano o estufas super potentes en invierno, está bueno que inviertas un poco más en ventanas termopanel, que aíslan del frío y del calor, mantienen la temperatura de la casa a un nivel más neutro. También puedes utilizar cortinas gruesas (blackout).
- Reduce la duración de tu ducha: ¿Has pensado que quizá tus baños son demasiado largos? Con un cronómetro puedes ayudarte para reducir las duchas a no más de 3 a 5 minutos, tiempo suficiente para asearte tranquilamente sin derrochar agua.
- Apaga lo que no usas: Este es el consejo más obvio, pero es que a muchos se les olvida y es importante hacer hincapié en el hecho de que debemos apagar luces y aparatos que no estemos utilizando si queremos ahorrar energía, dinero, y contribuir con nuestro granito de arena al planeta.